Una vez que has disfrutado de las vacaciones de verano y vuelves a la rutina, es importante planear una revisión del coche, especialmente de las ruedas. Son algunos de los elementos más importantes del vehículo, y los únicos que están en contacto con el suelo. Por ello, para garantizar tu seguridad al volante debes tomarlo realmente muy serio.
Cuando acudes al taller, debes tomar en consideración los siguientes factores cuando se trata de tus neumáticos. Por un lado, la zona geográfica en la que te encuentres. Después de la temporada veraniega llega el frío, y puede ser necesario que te plantees cambiar a cubiertas de invierno. Es especialmente importante en aquellas partes del país donde pueda producirse la presencia de hielo.
Cuándo cambiar los neumáticos
Más allá de este factor, también debes tomar en consideración los kilómetros recorridos con ellos, así como las temperaturas que han sufrido. La duración de los mismos dependerá de lo cuidadoso que hayas sido. Algunas situaciones que dañan los neumáticos son los golpes con los bordillos al aparcar, así como los frenazos y los acelerones que hayas podido llevar a cabo. Si están especialmente dañados, es importante cambiarlos.
La profundidad del dibujo es otra de las partes fundamentales. La Ley de Circulación de Vehículos establece la obligatoriedad de que sea como mínimo de 1,6 milímetros. Sin embargo, no hay que apurar tanto ya que puede comprometer tu seguridad. Revisar las presiones de los mismos también es otra parte fundamental. Consulta el manual de tu vehículo para saber las presiones que son adecuadas para tu coche.
Además de la profundidad, el dibujo que pueda tener la rueda también es imprescindible. Evitar un pinchazo y tener problemas de adherencia son las principales razones para una revisión. Tomar cuidado de las ruedas te evitará muchas situaciones de riesgo, y después de las vacaciones de verano es aún más importante.