Un equilibrado de ruedas es esencial si deseamos disponer de la mayor seguridad ante el volante. La función más importante es la de mantener un buen equilibrio entre el vehículo y los neumaticos con el fin de evitar vibraciones en la cabina.

Dicho proceso mecánico deberá dejarse en manos de un experto siempre que hemos sustituido los neumáticos por cualquier motivo, ya que al hacerlo pierden el equilibrado.

Deberemos de realizar un equilibrado de ruedas siempre y cuando a una velocidad superior a 80 – 90 km/h (ya que a velocidades inferiores no se puede apenas notar) percibamos un ruido que proviene del tren delantero y que vaya acompañado de mucha vibración que no suele ser común en nuestro vehículo.

Asimismo, no únicamente puede ser cuando cambiemos las ruedas, sino también al frenar de forma brusca o inclusive al dar un golpe fuerte contra la llanta y/o neumático.

Tener un mal equilibrado de ruedas puede afectar al rendimiento y al desgaste de los neumáticos, subiendo el consumo de combustible y una gran pérdida respecto al asfalto.

Los vehículos nuevos de fábrica ya están con su correspondiente equilibrado y alineado de llanta y neumáticos. Por esta razón, deberemos de tener precaución a la hora de conducir y estacionar nuestro vehículo, ya que puede ser motivo de una visita al taller.

¿Es lo mismo equilibrar las ruedas que alinearlas?

No es así. Alinear las ruedas es el proceso por el cual todas las ruedas se encuentran perpendiculares unas a otras, es decir, rectas entre sí. Sin embargo, equilibrar significa el correcto acoplamiento entre la llanta y el neumático, así como un buen contrapeso.

En conclusión, para garantizar la mayor comodidad y seguridad debes asegurarte de no tener vibraciones. En caso contrario, debes acudir a un taller para realizar un equilibrado de carácter urgente.